La globalización y las distintas situaciones revolucionarias y de expansión que tienen los países, ha permitido el conocimiento
de las características propias de su cultura, siendo la República de Guinea un ejemplo de influencia cultural hacia otros
países, su música, danza, arte plástico, etc., denota la riqueza cultural presente en este país africano.
El plan de construir una identidad de la cultura africana occidental surge a partir de la intervención de Séckou Touré,
quien tras la independencia de Guinea en 1958 crea el “Festival Nacional de la Cultura”, el cuál estaba conformado
por distintas villas de Guinea con la idea de realizar una fiesta y competición donde se buscaba enfrentar a las villas entre
ellas en las categorías de teatro, música moderna, música tradicional, ballet, folclore, recitales y cantos. Guinea era un
país cultural y políticamente muy cerrado lo cuál permitió preservar su actividad cultural de manera pura, por ello se encuentran
a los mejores expositores de la percusión y danza africana en este país, teniendo al djembe como el principal instrumento
y más representativo de percusión africana de África Occidental.
Entonces durante el festival se elige al Ballet Djoliba como la tropa representativa de la cultura musical y dancística
de Guinea, donde destacaba la presencia del pequeño Mamady Keita quién contaba con 15 años de edad actualmente considerado
como el mejor Djembefola vivo. Gran parte de los pueblos aborígenes de África se ha mantenido al margen del mundo occidental.
Esto se debe entre otras causas a sus tradiciones, su obligada lucha por la sobrevivencia y a sus organizaciones sociales,
diferentes de las que nosotros consideramos como avanzadas. Conservan sus costumbres y arraigo de manera primitiva.
En este tipo de organizaciones sociales cualquier pretexto es bueno para bailar; la mayor parte de sus ceremonias está
ligada a la danza: entierros, el cierre de negocios, matrimonio, etc., mediante ellas (todas encierran un sentido mágico)
establecen contacto con sus dioses. Las danzas sacras (vinculadas a un ritual religioso) son más serenas; representan mitos,
buscan aumentar las especies animales y vegetales comestibles, hacen llegar peticiones a las deidades y están directamente
relacionadas con la lucha por la supervivencia.
El significado de los ritmos era muy variado, por ejemplo: Kakilambe, ritmo de rito a una máscara o de brujería. Toro,
ritmo de iniciación. Kassa, ritmo para la agricultura. Todos estos ritmos son originarios de la zona occidental de África,
cada uno de ellos tiene su Danza característica, los instrumentos utilizados para su representación son el djembe, doundoun
(dunumba, sangban, kenkeni), balafon, etc.
La vestimenta para estos ritmos dependía y estaba normalmente determinada por la situación significativa del ritmo y en
gran parte por el clima, el cuál era muy caluroso y les obligaba a utilizar poca indumentaria. Otra costumbre de los pueblos
africanos son las máscaras, las cuáles simbolizan distintas situaciones, por ejemplo Kakilambe, buscaban la protección de
Kakilambe, que también se lograba usando conchas en su vestimenta. Los pasos dancísticos africanos son muy expresivos y dinámicos,
dado que se utiliza todo el cuerpo. Pataleos, rebotes de pies, “meneos” veloces con la cintura y cadera, ágiles
saltos, ademanes de combates con animales feroces de la selva o hazañas de guerra.
Todos los movimientos imprimen un dramatismo singular a la representación. Realizan también movimientos más cadenciosos
con el pecho y la cabeza, que de la misma manera expresan libertad y dominio del espacio. La danza se ejecutaba y ejecuta
en los espacios centrales de las aldeas, al caer la noche y alrededor de una fogata, cuya luz da un toque particular al ambiente
del rito y a las acciones de los pasos.